Las pantallas Retina son un tipo de display que ofrecen una alta resolución y nitidez de imagen, al tener una mayor densidad de píxeles por pulgada que las pantallas convencionales. Estas pantallas son muy populares entre los usuarios de dispositivos móviles, ordenadores portátiles y tabletas, ya que permiten apreciar mejor los detalles y los colores de las imágenes y los textos.
Sin embargo, estas pantallas no son adecuadas para realizar diagnósticos médicos, ya que no cumplen con los requisitos mínimos que debe tener un monitor de grado médico. Un monitor de grado médico es un dispositivo especialmente diseñado para mostrar imágenes médicas, como radiografías, tomografías, resonancias magnéticas, ecografías, etc. Estos monitores tienen unas características técnicas y unos estándares de calidad muy superiores a las pantallas Retina u otros tipos de displays comerciales destinados a los consumidores domésticos.
¿Cuáles son las diferencias entre una pantalla Retina y un monitor de grado médico?
Si bien ambos tipos de monitores comparten muchas características, hay importantes diferencias en la forma en que se calibra y ajusta un monitor grado médico para diagnóstico, que están pensadas no para ofrecer la imagen más "bonita" sino para mostrar de la forma más precisa posible las diferencias entre densidades y tonos de la imagen médica. Por ello se pueden señalar las siguientes diferencias:
Calibración
Un monitor de grado médico debe estar calibrado periódicamente para garantizar que los niveles de brillo, contraste, color y uniformidad se mantienen dentro de unos rangos óptimos para la visualización de imágenes médicas. Estos parámetros se ajustan según unas normas internacionales, como la DICOM (Digital Imaging and Communications in Medicine), que establecen los criterios para la reproducción fiel de las imágenes médicas. Una pantalla Retina no está calibrada ni cumple con estas normas, por lo que puede distorsionar o alterar la apariencia de las imágenes médicas y provocar errores o confusiones en el diagnóstico. Esto es especialmente notable respecto a la uniformidad de la iluminación, ya que los monitores domésticos no tienen una iluminación homogénea en toda la superficie, lo que puede inducir a errores al interpretar diferencias de tono en una imagen.
Luminancia
La luminancia es la cantidad de luz que emite una superficie por unidad de área. La luminancia es un factor clave para la percepción del contraste y la profundidad de las imágenes médicas. Un monitor de grado médico debe tener una luminancia mínima de 350 cd/m2 (candelas por metro cuadrado) y una luminancia máxima de 1000 cd/m2. Además, debe tener un control automático de la luminancia para adaptarse a las condiciones ambientales y evitar el desgaste del monitor. Una pantalla Retina tiene una luminancia mucho menor, entre 200 y 500 cd/m2, y no tiene control automático de la luminancia, por lo que puede perder brillo con el tiempo y mostrar imágenes más oscuras o borrosas.
Además, los monitores de grado médico tienen una uniformidad de brillo entre el centro y las esquinas de la pantalla de entre el 5 y el 10%, mientras que en las pantallas comunes puede llegar a ser de hasta el 30%. Esto significa que los monitores de grado médico evitan las zonas oscuras o sobreexpuestas que pueden ocultar o distorsionar los detalles de las imágenes.
Resolución
La resolución es el número de píxeles que tiene una pantalla en horizontal y en vertical. La resolución determina el nivel de detalle y definición que se puede apreciar en una imagen. Una pantalla Retina tiene una alta resolución, entre 2000 y 4000 píxeles en horizontal y entre 1000 y 3000 píxeles en vertical. Sin embargo, la resolución no es lo único importante para mostrar imágenes médicas. También hay que tener en cuenta el tamaño del píxel y el tamaño del monitor. Un monitor de grado médico tiene un tamaño de píxel menor o igual a 0,21 mm y un tamaño del monitor entre 19 y 30 pulgadas. Esto permite mostrar más información en menos espacio y facilitar la comparación entre diferentes imágenes o modalidades. Una pantalla Retina tiene un tamaño de píxel mayor, entre 0,23 y 0,26 mm, y un tamaño del monitor menor, entre 10 y 15 pulgadas, aunque hay ya opciones de mayor tamaño. Esto implica que se muestra menos información en más espacio y se dificulta la comparación entre imágenes o modalidades.
Rango dinámico
El rango dinámico es la relación entre el valor más alto y el valor más bajo que puede mostrar una pantalla. El rango dinámico influye en la capacidad de distinguir los diferentes tonos de gris o de color que componen una imagen médica. Un monitor de grado médico debe tener un rango dinámico mínimo de 10 bits (1024 niveles) para mostrar imágenes en escala de grises y un rango dinámico mínimo de 30 bits (1073741824 niveles) para mostrar imágenes en color. Estos valores permiten apreciar las sutiles variaciones de intensidad o tonalidad que pueden indicar la presencia o ausencia de anomalías en las estructuras orgánicas. Un monitor de grado médico debe tener un rango dinámico adecuado para cumplir con los estándares DICOM (Digital Imaging and Communications in Medicine) y mostrar las imágenes con la mayor fidelidad posible.
Los monitores de grado médico tienen un rango dinámico superior al de las pantallas comunes con niveles de brillo de hasta 600 cd/m2 (candela por metro cuadrado), mientras que las pantallas comunes suelen rondar los 300 cd/m2. El rango dinámico por su parte se evalúa en decibelios (dB). El rango dinámico indica la capacidad del dispositivo para mostrar los diferentes niveles de gris que componen una imagen. Cuanto mayor sea el rango dinámico, mayor será la cantidad de matices que se pueden representar, lo que se traduce en una mayor calidad de imagen y una mejor visualización de las estructuras anatómicas y patológicas. Un rango dinámico bajo puede provocar la pérdida de información en las zonas más claras u oscuras de la imagen, lo que dificulta el diagnóstico y puede comprometer la salud del paciente.
Según la normativa vigente, el rango dinámico mínimo que debe tener un monitor grado médico para rayos x es de 2500:1, lo que equivale a unos 34 dB. Sin embargo, algunos fabricantes ofrecen monitores con rangos dinámicos superiores, que pueden llegar hasta los 5000:1 o 37 dB. Estos monitores permiten apreciar mejor los detalles de las imágenes de rayos x, especialmente en las modalidades que requieren un alto contraste, como la mamografía o la angiografía.
El efecto del rango dinámico en las imágenes para diagnóstico generadas en un monitor grado médico para rayos x es evidente cuando se comparan dos imágenes idénticas mostradas en dos monitores con diferentes rangos dinámicos. En el monitor con mayor rango dinámico se pueden observar más detalles en las zonas claras y oscuras de la imagen, mientras que en el monitor con menor rango dinámico estas zonas aparecen saturadas o sin definición. Esto puede suponer una diferencia significativa a la hora de detectar una lesión o una anomalía en el paciente.
En conclusión, los monitores de grado médico son imprescindibles para el diagnóstico y la visualización de imágenes médicas, ya que tienen un rango dinámico superior al de las pantallas comunes, pero especialmente, el calibrado y estabilización según los criterios DICOM hace la principal diferencia al permitir a una evaluación homogénea de las calidades de la imagen. Estas características hacen que los monitores de grado médico ofrezcan una imagen excepcionalmente precisa y confiable para los profesionales de la salud. En general, un mayor rango dinámico implica una mayor fidelidad y nitidez de la imagen, lo que facilita el trabajo del profesional médico y mejora la atención al paciente. Por eso, es recomendable elegir un monitor grado médico para rayos x que tenga un rango dinámico alto y que cumpla con los requisitos técnicos y normativos exigidos.
Las pantallas Retina son excelentes...